Wednesday, May 09, 2007



MEMORIAL DE SOLOLA PARTE TRES

21. He aquí los lugares por donde pasaron: Popo Abah, de donde bajaron a Chopiytzel, entre los grandes montones [de rocas], bajo los grandes pinos. Bajaron allá por Mukulic-ya y Molomic-chée. Encontráronse entonces con Qoxahil y Qobakil, así llamados; en los sitios llamados Chiyol y Chiabak los encontraron. Eran también de los Bacah y únicamente se dedicaban al arte mágica. Cuando los encontraron les preguntaron: "¿Quiénes sois vosotros?" Y contestaron Qoxahil y Qobakil: "¡Oh, Señor!, no nos mates. Somos tus hermanos, somos tus parientes. Somos los únicos que quedamos de los Bacah Pok y los Bacah Xahil y seremos servidores de tu trono, de tu señorío ¡oh Señor!", contestaron. Y dijeron Gagavitz y Zactecauh: "Tú no eres de mi casa ni de mi familia". Pero aquéllos replicaron: "En verdad eres mi hermano y mi pariente". Entonces dijeron las parcialidades: "Son los llamados Telom y Cahibak".

En seguida se marcharon de allí, de Chiyol y Chiabak, y dos veces anduvieron su camino, pasando entre los volcanes que se levantan en fila, el de Fuego y Hunahpú. Allí se encontraron frente a frente con el espíritu del Volcán de Fuego, el llamado Zaquicoxol. "En verdad, a muchos ha dado muerte el Zaquicoxol y ciertamente causa espanto ver a este ladrón", dijeron.

22. Allí, en medio del Volcán de Fuego, estaba el guardián del camino por donde llegaron y que había sido hecho por Zaquicoxol. "¿Quién es el muchacho que vemos?", dijeron. En seguida enviaron a Qoxahil y Qobakil, los cuales fueron a observar y a usar de su poder mágico. Y cuando volvieron dijeron que ciertamente su aspecto era temible, pero que era uno solo y no muchos. Así dijeron. "Vamos a ver quien es el que os asusta", dijeron Gagavitz y Zactecauh. Y después que lo vieron le dijeron: "¿Quién eres tú? Ahora te vamos a matar. ¿Por qué guardas el camino", le dijeron. Y él contestó: "No me mates. Yo vivo aquí, yo soy el espíritu del volcán". Así dijo. Y en seguida pidió con qué vestirse. "Dame tu vestido, dijo". Al instante le dieron el vestido: la peluca, un peto color de sangre, sandalias color de sangre, esto fue lo que llegó a recibir Zaquicoxol. Así fue como se salvó. Se marchó y descendió al pie de la montaña.

Sufrieron entonces un engaño a causa de los árboles y los pájaros. En efecto, oyeron hablar a los árboles, y que los pájaros se llamaban a silbidos allá arriba. Y al oirlos, exclamaron: "¿Qué es lo que oímos? ¿Quién eres tú?" dijeron. Pero era solamente el ruido de los árboles; eran los que chillan en el bosque, los tigres y los pájaros que silbaban. Por este motivo se dio a aquel lugar el nombre de Chitabal.

23. En seguida partieron de allí. Unicamente mencionaremos en su orden los nombres de cada uno de aquellos lugares: Beleh Chi Gag, Beleh Chi Hunahpú, Xezuh, Xetocoy, Xeuh, Xeamatal, Chi Tzunún-Choy, Xecucú-Huyú, Tzunún-Huyú, Xiliviztán, Zumpancu, Tecpalan, Tepuztán. Luego bajaron a Chol Amag y Zuquitán. Ciertamente era difícil su lenguaje; sólo los bárbaros entendían su idioma. Nosotros interrogamos a los bárbaros llamados Loxpín y Chupichín y les dijimos cuando llegamos: vaya vaya ela opa. Se sorprendieron los de Chol Amag cuando les hablamos en su idioma; se asustaron, pero nos respondieron con buenas palabras.

24. Llegaron después por segunda vez a los lugares de Memehuyú y Tacnahuyú. [Sus habitantes] no hablaban claro, eran como tartamudos. Pero ciertamente eran buenas gentes. Nos hablaron tratando de seducirnos para que nos demoráramos allí y aprendiéramos su lengua, diciéndonos: "Tú, señor, que has llegado y estás con nosotros, nosotros somos tus hermanos, tus parientes, quédate aquí con nosotros". Así dijeron. Querían que olvidáramos nuestra lengua, pero nuestros corazones sentían desconfianza cuando llegamos ante ellos.

25. He aquí algunos de los nombres de los lugares donde llegaron: Zakiteuh, Zakiquá, Niqah Zubinal, Niqah Chacachil, Tzulahauh, Ixbacah, Niqah Nimxor, Niqah Moinal, Niqah Carchah. Llegaron ante los hijos de Valil, los hijos de Tzunún llegaron ante Mevac y Nacxit que era en verdad un gran rey. Entonces los agasajaron y fueron electos Ahauh Ahpop y Ahpop Qamahay. Luego los vistieron, les horadaron la nariz y les dieron sus cargos y las flores llamadas Cinpual. Verdaderamente se hizo querer de todos los guerreros. Y dirigiéndose a todos, dijo el señor Nacxit: "Subid a estas columnas de piedra, entrad a mi casa. Os daré a vosotros el señorío, os daré las flores Cinpuval Taxuch. No les he concedido la piedra a otros", agregó. Y en seguida subieron a las columnas de piedra. De esta manera se acabó de darles el señorío en presencia de Nacxit y se pusieron a dar gritos de alegría.

26. Luego se encontraron con los de Mimpokom y los de Raxchich, cuyo pueblo se llama Pazaktzuy. Los pokomames pusieron a la vista todos sus presentes y bailaron sus danzas. Las hembras de los venados, las hembras de las aves, la caza del tirador de venado, trampas y liga [para coger a los pájaros], eran los presentes de los de Raxchich y Mimpokom.

Pero las siete tribus los observaban de lejos. Luego enviaron al animal Zakbim para que fuera a expiarlos, y enviaron también a Qoxahil y Qobakil para que pusieran en juego sus artes de magia. Cuando se fueron a hacer su observación les dijeron: "Id a ver quienes son los que se acercan y si son nuestros enemigos". Así les dijeron. Llegaron los de Mukchée, pero no se presentaron pronto y no fueron a espiar. Llegó por fin la señal de Zakbim, el sonido de una calabaza y una flauta de reclamo. "Ahora iremos a veros", dijeron. "Grande es en verdad su poder y están bailando una danza magnífica. Son muy numerosos", dijeron cuando llegaron. Y Gagavitz y Zactecauh ordenaron a sus compañeros: "Poneos vuestros arreos como para entrar en batalla". Así dijeron. Armáronse entonces de sus arcos y sus escudos y ataviados de esta manera se mostraron ante los pokomames. Llenáronse estos al punto de terror y los nuestros los prendieron en seguida y los atormentaron.

27. Luego encontraron a los dos llamados Loch el uno y Xet el otro. Los encontraron allá al pie de Cucuhuyú y Tzununhuyú. Y cuando los encontraron dijeron estos: "No nos mates, Señor, nosotros seremos los servidores de tu trono y tu poder". Así dijeron y poco después entraron a servir llevando los arcos y los tambores. Regresaron y con una calabaza fabricaron una trampa para coger pájaros. Allí se separaron y por esa razón se dio al lugar el nombre de Tzaktzuy, que fue el símbolo que tomaron los Ahquehay, los primeros padres y abuelos que engendraron a los Ahquehay. Así fue como llegaron, decían, y estuvieron en el lugar nombrado. Una parte de la parcialidad llegó ¡oh hijos míos!, y así fue verdaderamente como nuestros primeros padres y abuelos nos engendraron y nos dieron el ser a nosotros la gente cakchiquel.

28. Fueron después a reunirse al lugar de Oronic Cakhay, a donde llegaron todos los guerreros de las siete tribus. Y dijeron Gagavitz y Zactecauh, dirigiéndose a los quichés: "Vamos todos a ese lugar, conquistemos la gloria de todas las siete tribus de Tecpán, rebajemos su orgullo. Tu cuenta sus caras, tú permanecerás en Cakhay. Yo entraré al lugar de Cakhay, yo los conquistaré y abatiré su espíritu. Iré a aquel lugar a vencerlos, allí donde no han sido vencidos todavía". Así dijeron. Pronto llegaron, en efecto; llegaron a Cakhay y al instante comenzaron a pasar todos, pero allá dentro del lugar desfalleció su espíritu. Luego comenzó a llover y dieron con el monte ardiendo y no pudieron seguir hasta el interior del lugar. Dijeron entonces: "¡Oh Señor!, yo te daré la carne del venado y la miel, yo que soy cazador, que soy dueño de la miel, pero no puedo pasar, dijo, porque el monte está ardiendo". De esta manera ofrendaron el venado y la miel, a causa de la quema del monte.

Salieron de allí y llegaron a Tunacotzih y Gahinak Abah. Loch y Xet probaron allí sus arcos y tambores y por haber tocado sus tambores se dio al lugar el nombre de Tunacotzih.

29. Por aquel tiempo encontraron a los Cavek, allí bajo los grandes pinos, en el paraje llamado Ximbal Xuk. Se oía entonces el canto de las codornices bajo los altos pinos, por arte de encantamiento de los Cavek. Gagavitz y Zactecauh les preguntaron: "¿Quiénes sois vosotros? ¿Qué es lo que dicen [las aves]?", les dijeron. Y Loch y Xet respondieron: "Son nuestros servidores ¡oh Señor!, y sólo están lanzando sus quejas", dijeron. En seguida llevaron sus presentes: redes para cazar pájaros, fibra de maguey, instrumentos, sandalias, éstos eran sus presentes. No llevaban otros porque sólo hacían sus casas de cueros de venado, y por esta razón se les llamaba los Ahquehay.

Luego extendieron las trampas sobre los árboles y cogieron en ellas a las codornices bajo los grandes pinos. Trajeron después las codornices en las redes y ofreciéndolas dijeron: "¡Oh Señor!, no me mates". "¿Quién eres tú?", les contestaron. Y ellos replicaron. "Fuimos vencidos por los Señores quichés, nosotros tus hermanos y parientes, nosotros los Cavek. No tenemos otras riquezas que las cuentas amarillas", dijeron cuando se las entregaron los padres y antecesores de los Cavek. Eran dos varones llamados Totumay el primero y Xurcah el segundo y eran vasallos del llamado Cavek Paoh. Y dirigiéronse a ellos dijo Gagavitz: "Vosotros seréis la cuarta de nuestras parcialidades: los Gekaquch, los Bakahol, los Cavek y los Zibakihay". Así les dijo. "En verdad, vosotros sois nuestros hermanos, nuestros parientes".

Y hablando a los Ahquehay les dijo también: "Vosotros os contaréis entre nuestra parcialidad, seréis los obreros de nuestras construcciones, los trabajadores diligentes. Ya no sois siervos, arrojad las redes. Los Cavek son recibidos, ellos forman parte de nuestra tribu". Así dijeron en otro tiempo nuestros padres, nuestros antecesores ¡oh hijos míos! Así, pues, no debemos olvidar las palabras de aquellos jefes.



BIENVENIDOS HERMANOS RETORNADOS DE BOLIVIA...ALGUN DIA RETORNO YO TAMBIEN.
 

2 Comments:

At 2:05 PM , Blogger Paco said...

Solo leer esta parte del Memorial de Solola te hace ver a la cultura Maya mucho mas profundamente.
A veces quisiera poder viajar en el tiempo y ver a los Mayas en todo su esplendor y apogeo.

Gracias por compartir

 
At 8:19 AM , Blogger Pedro J. Sabalete Gil said...

me sucede como a Paco, me hubiera gustado vivir su momento de máximo esplendor, conocer sus símbolos, su cosmogonía. Te agradezco mucho el memorial por el contenido histórico y por fragmentos que desprenden una poesía magnífica y muy alejada de lo occidental.


Abrazos.

 

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