MEMORIAL DE SOLOLA PARTE DOS
7. Luego se les dijo y mandó a nuestras madres: "Id, hijos míos, hijas mías, éstas serán vuestras obligaciones, los trabajos que os encomendamos". Así les habló la Piedra de Obsidiana. "Id a donde veréis vuestras montañas y vuestros valles; allá al otro lado del mar están vuestras montañas y vuestros valles ¡oh hijos míos! Allá se os alegrarán los rostros. Estos son los regalos que os daré, vuestras riquezas y vuestro señorío". Así les dijeron a las trece parcialidades de las siete tribus, a las trece divisiones de guerreros. Luego les dieron los ídolos engañadores de madera y de piedra. Iban bajando hacia Tulán y Xibalbay cuando les fueron entregados los ídolos de madera y de piedra, según contaban nuestros primeros padres y antecesores, Gagavitz y Zactecauh. Estos fueron sus regalos y éstas fueron también sus palabras.
8. Las siete tribus fueron las primeras que llegaron a Tulán, según decían. En pos de ellas llegamos nosotros los guerreros llevando nuestros tributos; todas las siete tribus y los guerreros entramos cuando se abrieron las puertas de Tulán.
9. Los zutujiles fueron la primera de las siete tribus que llegó a Tulán. Y cuando acabaron de llegar las siete tribus llegamos nosotros los guerreros. Así decían. Y mandándonos llegar nos dijeron nuestras madres y nuestros padres: "Id, hijas mías, hijos míos. Os daré vuestras riquezas, vuestro señorío; os daré vuestro poder y vuestra majestad, vuestro dosel y vuestro trono".
Así se os tributarán las rodelas, riquezas, arcos, escudos, plumas y tierra blanca. Y si se os tributan piedras preciosas [jade], metal, plumas verdes y azules; si se os ofrendan pinturas, esculturas, calendarios rituales, calendarios siderales, flautas, cantos, cantos por vosotros despreciados, vuestros serán también, os los tributarán las tribus y allá los recibiréis. Seréis más favorecidos y se os alegrarán los rostros. No os daré su señorío, pero ellas serán vuestros tributarios. En verdad, grande será vuestra gloria. No os menospreciarán. Os engrandeceréis con la riqueza de los escudos de madera. No os durmáis y venceréis ¡hijas mías! ¡hijos míos! Yo os daré vuestro señorío, a vosotros los trece jefes, a todos por igual: vuestros arcos, vuestros escudos, vuestro señorío, vuestra majestad, vuestra grandeza, vuestro dosel y vuestro trono. Estos son vuestros primeros tesoros".
Así les hablaron a los quichés cuando llegaron los trece grupos de guerreros a Tulán. Los primeros que llegaron fueron los quichés. Entonces se fijó el mes de Tacaxepeual para el pago del tributo de los quichés; después llegaron sus compañeros, uno en pos de otro, las casas, las familias, las parcialidades, cada grupo de guerreros, cuando llegaron a Tulán, cuando acabaron de llegar todos ellos.
10. Llegaron los de Rabinal, los Zotziles, los Tukuchées, los Tuhalahay, los Vuchabahay, los Ah Chumilahay; llegaron también los Lamaquis, los Cumatz y los Akahales. Con los de Tucurú acabaron de llegar todos.
Después llegaron los trece [grupos de] guerreros, nosotros los Bacah Pok, nosotros los Bacah Xahil. Primero llegaron unos y tras ellos los demás de nosotros los Bacah. Los Bacah Pok llegaron primero y en pos de ellos llegamos nosotros los Bacah Xahil. Así contaban nuestros padres y antecesores ¡oh hijos nuestros!
Hacía tiempo que habían llegado las siete tribus, y poco después comenzaron a llegar los guerreros. Luego llegamos nosotros los cakchiqueles. En verdad, fuimos los últimos en llegar a Tulán. Y no quedaron otros después que nosotros llegamos, según contaban Gagavitz y Zactecauh.
De esta manera nos aconsejaron: "Estas son vuestras familias, vuestras parcialidades", les dijeron a Gekaquch, Baqahol y Zibakihay. Estos serán vuestros jefes, uno es el Ahpop, el otro el AhpopQamahay". Así les dijeron a los Gekaquch, Baqahol y Zibakihay. Procread hijas, engendrad hijos, casaos entre vosotros los señores", les dijeron. Por lo tanto, ellos fueron madres y abuelas. Los primeros que llegaron fueron los Zibakihay; después llegaron los Baqahol y luego los Gekaquch. Estas fueron las primeras familias que llegaron.
11. Más tarde, cuando llegamos nosotros los jefes, se nos mandó de esta manera por nuestras madres y nuestros padres: "Id, hija mía, hijo mío, tu familia, tu parcialidad se ha marchado. Ya no debes quedarte atrás, tú el hijo más pequeño. En verdad, grande será tu suerte. Búscalos, pues", le dijeron el ídolo de madera y de piedra llamado Belehé Toh y el otro ídolo de piedra llamado Hun Tihax. "Rendid culto a cada uno", se nos dijo. Así contaban.
12. En seguida se revistieron de sus arcos, escudos, cotas de algodón y plumas, y se pintaron con yeso. Y vinieron las avispas, los abejorros, el lodo, la obscuridad, la lluvia, las nubes, la neblina. Entonces se nos dijo: "En verdad, grandes serán vuestros tributos. No os durmáis y venceréis, no seréis despreciados, hijos míos. Os engrandeceréis, seréis poderosos. Así poseeréis y serán vuestros los escudos, las riquezas, las flechas y las rodelas. Si se os tributan piedras preciosas [jade], metal, plumas verdes y azules, canciones por vosotros despreciadas, vuestras serán también; seréis más favorecidos y se os alegrarán los rostros. Las piedras de jade, el metal, las plumas verdes y azules, las pinturas y esculturas, todo lo que han tributado las siete tribus os alegrará los rostros en vuestra patria; todos seréis favorecidos y se os alegrarán los ojos con vuestras flechas y vuestros escudos. Tendréis un jefe principal y otro más joven. A vosotros los trece guerreros, a vosotros los trece señores, a vosotros los jefes de igual rango, os daré vuestros arcos y vuestros escudos. Pronto se van a alegrar vuestros rostros con las cosas que recibiréis en tributo, vuestros arcos y vuestros escudos. Hay guerra allá en el oriente, en el llamado Zuyva; allá iréis a probar vuestros arcos y vuestros escudos que os daré. ¡Id allá, hijos míos!" Así se nos dijo cuando fuimos a Tulán, antes que llegaran las siete tribus y los guerreros. Y cuando llegamos a Tulán fué terrible, en verdad; cuando llegamos en compañía de las avispas y los abejorros, entre las nubes, la neblina, el lodo, la obscuridad y la lluvia, cuando llegamos a Tulán.
13. Al instante comenzaron a llegar los agoreros. A las puertas de Tulán llegó a cantar un animal llamado Guardabarranca, cuando salíamos de Tulán. "Moriréis, seréis vencidos, yo soy vuestro oráculo", nos decía el animal. "¿No pedís misericordia para vosotros? ¡Ciertamente seréis dignos de lástima!" Así nos habló este animal, según contaban.
14. Luego cantó otro animal llamado Tucur, que se había posado en la cima de un árbol rojo, el cual nos habló también diciendo: "Yo soy vuestro oráculo". "Tú no eres nuestro oráculo, como pretendes", le respondimos a esta lechuza. Estaban también allí los mensajeros que llegaron a darnos los ídolos de piedra y de palo, dijeron nuestros padres y antepasados en aquel tiempo. Después cantó otro animal en el cielo, el llamado perico, y dijo también: "Yo soy vuestro mal agüero, ¡moriréis!" Pero nosotros le dijimos a este animal: "Cállate, tú no eres más que la señal del verano. Tú cantas primero cuando sale el verano y después que cesan las lluvias: entonces cantas". Así le dijimos.
15. Luego llegamos a la orilla del mar. Allí estaban reunidas todas las tribus y los guerreros a la orilla del mar. Y cuando lo contemplaron, se les oprimieron los corazones. "No hay manera de pasarlo; de nadie se ha sabido que haya atravesado el mar", se dijeron entre sí todos los guerreros y las siete tribus. "¿Quién tiene un palo con el cual podamos pasar, hermano nuestro? Solamente en ti confiamos", dijeron todos. Y nosotros les hablamos de esta manera: "Id vosotros, marchad los primeros, cuidadosamente". "¿Cómo pasaremos en verdad los que estamos aquí?" Así decíamos todos. Luego dijeron: "Compadécete de nosotros ¡oh hermano! que hemos venido a amontonarnos aquí a la orilla del mar, sin poder ver vuestras montañas ni nuestros valles. Si nos quedamos a dormir aquí seremos vencidos, nosotros los dos hijos mayores, jefes y cabezas, los primeros guerreros de las siete tribus ¡oh hermano nuestro! ¡Ojalá que pasáramos y que pudiéramos ver sin tardanza los presentes que nos han dado nuestras madres y nuestros padres ¡oh hermano mío!" Así hablaron entre sí los que engendraron a los quichés. Y dijeron nuestros abuelos Gagavitz y Zactecauh: "Con vosotros hablamos: ¡Manos a la obra, hermanos nuestros! No hemos venido para estarnos aquí amontonados a la orilla del mar, sin poder contemplar nuestra patria que se nos dijo que veríamos, vosotros nuestros guerreros, nuestras siete tribus. ¡Arrojémonos [al mar] ahora mismo!" Así les dijeron y al punto se llenaron todos de alegría.
16. "Cuando llegamos a las puertas de Tulán fuimos a recibir un palo rojo que era nuestro báculo, y por eso se nos dio el nombre de Cakchiqueles ¡oh hijos nuestros!" dijeron Gagavitz y Zactecauh. "Hinquemos la punta de nuestros báculos en la arena dentro del mar y pronto atravesaremos el mar sobre la arena sirviéndonos de los palos colorados que fuimos a recibir a las puertas de Tulán". Así pasamos, sobre las arenas dispuestas en ringlera, cuando ya se había ensanchado el fondo del mar y la superficie del mar. Alegráronse todos al punto cuando vieron las arenas dentro del mar. En seguida celebraron consejo. "Allí está nuestra esperanza, allá en las primeras tierras debemos reunirnos –dijeron–; solamente allí podremos organizarnos ahora que hemos llegado a Tulán".
17. Lanzáronse entonces y pasaron sobre la arena; los que venían a la zaga entraban en el mar cuando nosotros salíamos por la otra orilla de las aguas. En seguida se llenaron de temor las siete tribus, hablaron entonces todos los guerreros y dijeron las siete tribus: "Aunque ya se han visto los presentes, no se han alegrado vuestros rostros ¡oh señores!, ¡oh guerreros! ¿Acaso no fuimos con vosotros al oriente? ¿Acaso no hemos venido a buscar nuestras montañas y nuestros valles, donde podamos ver nuestros presentes, las plumas verdes, las plumas azules, las guirnaldas?" Así dijeron las siete tribus reunidas en consejo. Y diciendo "está bien", dieron fin las siete tribus a su conferencia.
En seguida se dirigieron al lugar de Teozacuancu, fuéronse todos allá y a continuación se encaminaron a otro lugar llamado Meahauh, donde se reunieron. Luego, saliendo de Meahauh, llegaron a otro lugar llamadoValval Xucxuc, donde descansaron. Juntáronse de nuevo y saliendo de allí llegaron a los lugares llamados Tapcu y Olomán.
18. "Reunidos todos allí, celebramos consejo", decían nuestros padres y abuelos Gagavitz y Zactecauh. Y hallándonos ya en ese lugar, sacamos y desenvolvimos nuestros presentes. Y dijeron todos los guerreros: "¿Quiénes vendrán a ponerse aquí frente a nosotros los soldados, los que damos la muerte, y cuyas armas son bien conocidas ¡oh hermano menor nuestro! ¡oh nuestro hermano mayor!", nos dijeron. Y nosotros les contestamos: "En verdad la guerra está cercana: ataviáos, cubríos de vuestras galas, revestíos de plumas, desenvolvamos nuestros presentes. Aquí tenemos las prendas que nos dieron nuestras madres y nuestros padres. He aquí nuestras plumas, yo soy el que sabe". Así les dijimos. Y en seguida desenvolvimos nuestros presentes, los presentes que teníamos, las plumas, el yeso [para pintarse la cara], las flechas, los escudos y las cotas de algodón.
19. Así nos presentamos ante todos. Primero nos adornamos con los arcos, los escudos, las cotas de algodón, las plumas verdes, el yeso; nos ataviamos todos de esta manera y les dijimos: "A vosotros os toca, hermanos y parientes nuestros; en verdad el enemigo está a la vista, ataquémosle, probemos nuestras flechas y nuestros escudos. Vamos al instante, tomemos nuestro camino", les dijimos. "No queremos ir a escoger el camino", contestaron. "Escoge tú nuestro camino, hermano, tú que lo conoces", nos dijeron. "Entonces lo escogeremos nosotros", respondimos. Luego nos juntamos y en seguida fuimos a hacer encuentro a una tribu enemiga, los nonoualcas, los xulpiti, así llamados, que se encontraban a la orilla del mar y estaban en sus barcas.
20. En verdad fue terrible el disparar de las flechas y la pelea. Pero pronto fueron destruidos por nosotros; una parte luchó dentro de las barcas. Y cuando ya se habían dispersado los nonoualcas y xulpiti, dijeron todos los guerreros: "¿Cómo atravesaremos el mar, hermano nuestro?" Así dijeron. Y nosotros respondimos: "En sus canoas pasaremos, sin que nos vean nuestros enemigos".
Así pues, nos embarcamos en las canoas de los nonoualcas y dirigiéndonos al oriente pronto llegamos allí. Formidables eran, en verdad, la ciudad y las casas de los de Zuyva, allá en el oriente. Cuando hubimos llegado a la orilla de las casas nos pusimos a lancearlos, luego que llegamos. Fue terrible realmente cuando nos encontramos entre las casas; era en verdad grande el estruendo. Levantóse una polvoreda cuando llegamos; peleamos en sus casas, peleamos con sus perros, con sus aves de corral, peleamos con todos sus animales domésticos. Atacamos una vez, atacamos dos veces, hasta que fuimos derrotados. Unos caminaban por el cielo, otros andaban en la tierra, unos bajaban, otros subían, todos contra nosotros, demostrando su arte mágica y sus transformaciones.
Uno por uno fueron regresando todos los guerreros a los lugares de Tapcu y Olomán. "Llenos de tristeza nos reunimos allí y allí también nos despojamos de las plumas y nos quitamos los adornos ¡oh hijos nuestros!" Así dijeron Gagavitz y Zactecauh.
En seguida preguntamos: "¿Dónde está vuestra salvación?" Así les dijimos a los quichés. "Puesto que truena y retumba en el cielo, en el cielo está nuestra salvación", dijeron. En consecuencia, se les dio el nombre de tojojiles.
Y dijeron los zotziles: "Sólo podremos vivir y estar a salvo en el pico de la guacamaya". Y por lo tanto se les llamó los cakix.
Luego hablamos nosotros, los cakchiqueles: "Solo en medio de la llanura estará nuestra salvación, cuando lleguemos a aquella tierra". Y en consecuencia se nos llamó los chitagah.
Otros, llamados gucumatz, dijeron que sólo en el agua había salvación.
Los tukuchées dijeron que la salvación estaba en un pueblo en alto, y en consecuencia se les llamó los ahcic-amag.
Y dijeron los akajales: "Sólo nos salvaremos dentro de una colmena", y por eso se les dio el nombre de akajales.
De esta manera recibieron todos sus [respectivos] nombres y eran muy numerosos. Pero no se crea que se salvaron. Tampoco debe olvidarse que del oriente vinieron los nombres de todos ellos. "El diablo fue el que nos vino a separar", dijeron Gagavitz y Zactecauh.
Y nosotros dijimos, cuando removíamos el seno de nuestras montañas y nuestros valles: "Vamos a probar nuestros arcos y nuestros escudos a alguna parte donde tengamos que pelear. Busquemos ahora nuestros hogares y nuestros valles". Así dijimos.
En seguida nos dispersamos por las montañas; entonces nos fuimos todos, cada tribu tomó su camino, cada familia siguió el suyo. Luego regresaron al lugar de Valval Xucxuc, pasaron al lugar de Memehuyú y Tacnahuyú, así llamados. Llegaron también a Zakiteuh y Zakikuvá, así llamados. Se fueron a Meahauh y Cutamchah y de allí regresaron a los lugares llamados Zakijuyú y Tepacumán. Luego fueron a ver sus montes y sus valles; llegaron al monte Togohil donde le alumbró la aurora a la nación quiché. Fuimos después a Pantzic y Paraxón, donde brilló nuestra aurora ¡oh hijos nuestros! Así contaban nuestros primeros padres y abuelos Gagavitz y Zactecauh.
"Estos son los montes y llanuras por donde pasaron, fueron y volvieron. No nos vanagloriemos, sólo recordemos y no olvidemos nunca que en verdad hemos pasado por numerosos lugares", decían antiguamente nuestros padres y antepasados.
3 Comments:
Qué belleza Juanito, sólo vos podés tener estas atenciones para con nosotros los chapines...qué refrescante es leer cosas así, especialmente acá lejos. Gracias.
Chachi este es un documento que me mandaron(tengo otro par por ahi, creo que me dieron la audiencia de los confines con esto, los voy a pasar o te los mando por PDF)
orales
Pese a que estás tan lejos es excelente que no te hayas olvidado de tus orígenes (mucha gente lo hace) y tratés de perpetuar nuestra cultura, también yo amo a Guatemala, aunque tengo en parte ascendencia asiática, predomina más mi amor por lo maya-guatemalteco.
Saludos, Juanito
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